Zamora es una de las regiones más vírgenes, apartadas y desconocidas de España. Recorrer su lado transfronterizo es sumergirte en paisajes que cusdodian muchos años.

En este viaje vais a visitar:

Bellísimas ciudades monumentales.

Profundos cañones formados por el río Duero en su recorrido transfronterizo con Portugal. 

Pueblos pequeños y viejos.

Paisajes de dehesas valladas por peculiares construcciones de piedra seca (Patrimonio Cultural de la Humanidad). 

Fiestas ancestrales que visten de solemnidad y de color pueblos solitarios.

Bodegas de tres Denominaciones de Origen. 

Antiguas iglesias desperdigadas por los paisajes. 

La misteriosa Sierra de La Culebra por donde trajinaba el contrabando entre Portugal y España. Y por donde se desplaza hoy la mayor concentración del lobo ibérico. 

Berreas espectaculares.

El lago glaciar más grande de Europa. 

Y gentes que os ayudarán a disfrutar de sus comarcas cargadas de historia y de leyendas.

Zamora, Capital mundial del arte románico.

La ciudad, atravesada por la Vía de la Plata, se recorre a pie entre una veintena de iglesias románicas, encantadores museos y preciosas fachadas modernistas (integra la Ruta Europea del Modernismo). Y según las horas, se pasea en total soledad o acompañados del bullicio de los bares de tapas y del crotoreo de las cigüeñas que anidan en las torres. Al fondo, el exótico cimborrio de la Catedral de aires bizantinos que custodia una preciosa y valiosa colección de tapices flamencos. Y, rodeándola, la muralla histórica con la famosa “puerta de la lealtad” que Bellido Dolfos utilizó para tender una trampa y matar a Sancho II de Catilla, quien pretendía usurpar el trono de la ciudad. El Cid, que le acompañaba, no pudo evitarlo. También el castillo histórico que alberga la obra del escultor contemporáneo Baltasar Lobo a quien su querida ciudad le rinde homenaje. Y a los pies de la Catedral, en las orillas del Duero, el conjunto de las Aceñas de Olivares, molinos harineros que funcionaron durante 1.000 años.

Toro, ciudad del vino

A muy pocos kilómetros de Zamora se alza Toro sobre una atalaya con vistas al Duero. Monumental y repleta de bodegas y bares donde disfrutar del vino local con su propia Denominación de Origen Toro. Desde su mirador se contempla el curioso meandro del Duero que llega a la ciudad atravesando los infinitos campos de Castilla. La cúpula bizantina y el imponente Pórtico de la Majestad de la Colegiata de Santa María la Mayor -uno de los escasos pórticos policromados que aún se conservan en España-, la Iglesia del Santo Sepulcro, San Sebastián de los Caballeros, el Monasterio Sancti Espíritu, la plaza de toros en adobe y madera, una de las más antiguas de España… Monumentos y vino para empaparos del territorio y de unas prácticas vitícolas que se pierden en el tiempo, y que siguen practicando muchas familias de forma sostenible, a lo tradicional y con apoyo en la innovación.

Y entre Toro y Zamora se encuentra Peleagonzalo, el lugar donde, en 1476, tuvo lugar la Batalla de Toro, decisiva en la Guerra de Sucesión Castellana, que enfrentó a las tropas de los Reyes Católicos contra las de Alfonso V de Portugal y su hijo Juan de Portugal, partidiarios de Juana La Beltraneja.

Puebla de Sanabria, villa fortificada

Una pequeña población con un inmenso patrimonio histórico y arquitectónico  (declarada Conjunto Histórico Artístico). Villa fortificada, con el imponente Castillo de los Condes de Benavente asomado al río, la iglesia de Santa María del Azogue en la plaza mayor, calles empedradas con casas blasonadas y un lago mágico... En Junio de 1930, Miguel de Unamuno visita el Lago de Sanabria y un año después publica San Manuel Bueno, mártir, que se desarrolla en Valverde de Lucerna, un pueblo sumergido bajo las aguas del mayor lago de origen glaciar de Europa. Y más arriba, justo antes de llegar al cielo, una carretera de monte, pastos y vacas lleva al sobrecogedor paraje de la Laguna de Los Peces.

Aguas internacionales, tierra de contrabando

Territorio transfrinterizo entre España y Portugal. El río Duero se desliza por un cañón imponente a lo largo de 150km. En sus escarpados acantilados anida el águila real, la cigüeña negra, el alimoche y el buitre leonado. Y en sus aguas se baña la nutria y el cormorán.  Un espectáculo de la naturaleza que recorre el suroeste de la provincia de Zamora en su curso hacia Salamanca para entrar en Portugal.

Fue tierra de contrabando por donde transitaban de noche mercancías que alcanzaban el otro lado de forma milagrosa. Y en esa tierra difícil se producía vino, aceite y miel.  Hoy se puede navegar plácidamente entre sus imponentes cañones.

Alfareras y ceramistas

En el pueblo de Moveros, la alfarería era cosa de mujeres y Carmen es la única alfarera que continúa la saga familiar de alfareras. Ella, junto a su marido Miguel, va en busca del barro, recoge en tractor las ramas del bosque para encender el horno de leña que han fabricado para cocer piezas moldeadas con torno y sin torno. Una fuera de serie, a quien, además, le gusta enseñar un oficio que viene de lejos. Si quieres llevarte una buena olla de barro, este es el lugar.

Nuria es forastera en tierras zamoranas. Se asentó en un pueblo minúsculo de la comarca de Sayago en busca de una vida más tranquila y sana.  Y en una antigua casa de piedra estableció su hogar y su taller de cerámica. Allí trabaja el barro de la zona y da forma a preciosas piezas de vajilla inspiradas en el paisaje y la cultura de su entorno. “Vendo la textura de un olivar centenario”, nos cuenta. Muchas de sus piezas  son encargos para restaurantes de cocina de autor, entre ellos Estrella Michelin.  Pasar con ella un rato en ese rincón rural tan encantador es un gran placer.

Beatos medievales

San Pedro de La Nave es una joya de la arquitectura visigótica ibérica, de las poquísimas que quedan en la península. Se salvó de quedar sumergida con la construcción del embalse de Ricobayo a finales de los años 20, gracias al empeño del historiador y arqueólogo Manual Gómez Moreno. Fue reconstruida piedra a piedra en el El Campillo (pueblo donde se realojó a los vecinos de la aldea anegada bajos las aguas). La reconstrucción, de principios de los años 30, fue obra del arquitecto Alejandro Ferránt. Pasar un rato en silencio en aquel lugar que remonta al s.VII es un lujo.

En el pueblo de Tábara, el extremo más oriental de la Sierra de la Culebra, os estará esperando Raquel,  bibliotecaria del pueblo y guía de una pequeña iglesia que se levantó sobre las ruinas de uno de los grandes centros culturales de la época allá por el siglo IX, el Monasterio de San Salvador con su propio "scriptorium", especializado en la elaboración de códices iluminados. Alcanzó un enorme prestigio cultural que eclipsó, a finales del s.X, una de las temibles incursiones del guerrero musulmán Almanzor. No dejó rastro. Bueno, sí, quedaron tres beatos custodiados como oro en paño en la Biblioteca Nacional de Madrid, en la Catedral de Gerona (la primera obra firmada por una mujer “Ende”) y en la Pierpont Morgan Library de Nueva York. La historia es apasionante. Su Scriptorium con los códices inspiraron la obra El nombre de la rosa de Umberto Ecco. Los Beatos medievales de España y Portugal forman parte del Patrimonio Mundial y, como tal, han sido incluidos por la UNESCO en el Registro Internacional de la Memoria del Mundo.

Muy cerca se encuentran las ruinas románticas del monasterio cisterciense de Santa María de Moreruela, coetáneo de San Salvador.

Ingeniería hidráulica

El impresionante puente metálico de Requejo sobre el Río Duero y el puente ferroviario Viaducto de Martín Gil sobre el Embalse de Ricobayo, record mundial en su tiempo de estructura en arco, son dos grandes obras de ingeniería en unos parajes espectaculares.

El salvaje noroeste

Las pequeñas aldeas que se encuentran dispersas por los montes de la Sierra de La Culebra recuerdan bien cuando se trajinaba con el contrabando entre Portugal y España. Y entre bosques de tejos y robles, lagos y ríos, convive el lobo ibérico con ciervos imponentes. Tendréis la oportunidad de escuchar unas de las berreas más sobrecogedoras y seguir el rastro del lobo por los montes de la sierra, acompañados de guías que irán interpretando el paisaje y contando qué supone para esas tierras y sus vecinos este gran mamífero que tanto conflicto genera.